05 septiembre 2015

Grabriel Garcia Márquez



Gabriel García Márquez, nacio el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, Colombia, fallecio el 17 de abril del 2014, México D.F.). Escritor y periodista colombiano.
Nace y pasa sus primeros años en una zona caribeña del norte de Colombia, que le marca especialmente por su contraste con Bogotá y otras zonas del país en las que vive más tarde. En 1947 empieza a estudiar Derecho, carrera que abandona para dedicarse al periodismo. Sus primeros artículos se publican en El Espectador y en El Heraldo y pasa a integrar el conocido como “Grupo de Barranquilla”, de cuya mano conoce la obra de los autores que más adelante le influenciarán: Faulkner, Virginia Woolf, Hemingway y Kafka, entre otros.

Su primera obra, La hojarasca, se publica en 1955. En esa misma fecha viaja a Europa por primera vez y se queda allí cuatro años, viviendo en Ginebra, Roma y París. Durante su estancia en Francia, donde atraviesa dificultades económicas, escribe El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora (publicadas en 1961 y 1962, respectivamente).

Regresa a América en 1958 y se instala temporalmente en Venezuela, donde compagina una intensa actividad periodística con la escritura de los relatos de Los funerales de la Mamá Grande (1962). Tras pasar unos meses en Cuba, donde acaba de triunfar la revolución, y vivir un tiempo en Nueva York como corresponsal, decide establecerse en México. Allí trabaja en publicidad y escribe su primer guión para el cine, El gallo de oro, en colaboración con Carlos Fuentes.


Unos años después, en 1967, publica la que pronto se convierte en su obra más conocida, y a cuya escritura dedica más de un año de intenso trabajo: Cien años de soledad. El éxito es inmediato, agotándose la primera edición en apenas unos días, y para alejarse de la fama decide ir a Barcelona, donde vive de 1968 a 1974. Allí escribe El otoño del patriarca (publicado en 1975) y cuentos como Isabel viendo llover en Macondo (1968) o Relato de un náufrago (1970).
En los años sucesivos alterna su residencia entre México, Cartagena de Indias, La Habana y París. En 1982 recibe el Premio Nobel de Literatura y más adelante escribe El amor en los tiempos del cólera (1985), El general en su laberinto (1989) y Doce cuentos peregrinos (1992). En ese tiempo participa también en la fundación de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba), donde dirige anualmente un taller de guión.


Tras obras como Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1996) publica en 2002 Vivir para contarla, donde narra aspectos biográficos de su infancia y juventud. Sus últimas obras publicadas son Memoria de mis putas tristes (2004) y Yo no vengo a decir un discurso (2010).
Muere en México D.F. el 17 de abril de 2014. Los herederos de Gabriel García Márquez depositaron el 24 de febrero de 2015 en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un legado del escritor in memoriam
Fuente: cervanres.es







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14 mayo 2015

Miguel de Unamuno



Miguel de Unamuno
(1864-1936)
Generación del 98
El bilbaíno Miguel de Unamuno es una de las personalidades más destacadas de la literatura española del siglo XX. Nació en Bilbao en 1864 y vivió la guerra carlista. En Madrid cursa la carrera de Filosofía y Letras y después de varios fracasos, ganó en 1891 la cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca, donde vivó casi toda su vida. En 1901 sería elegido rector de esa Universidad.
Tuvo una amplísima cultura antigua y moderna, filológica, literaria y filosófica. Fue un gran crítico de los distintos regímenes políticos en los que vivó y como consecuencia de su oposición a la dictadura del general Primo de Rivera fue desterrado (1924 - 1930) y se marchó primero a Fuerteventura y luego a Francia. Tras la caída del general vuelve triunfalmente a España y fue diputado durante la República. Ante las fuerzas de Franco su actitud inicial fue cambiante. Sin embargo su postura definitiva ante las fuerzas de Franco (con la famosa frase: "Venceréis pero no convenceréis") le valió ser destituido y confinado en su domicilio, donde murió el último día de 1936.
Unamuno fue siempre un hombre inquieto y rebelde, paradójico y contradictorio, ferozmente individualista, siempre rindiendo culto a su propia personalidad. Luchador contra todo, en guerra consigo mismo, en continua tensión, no encontró nunca la paz, acosado de dudas religiosas y existenciales. Su vida estaba presidida por una intensa actividad intelectual, de incesante lucha consigo mismo.
En cuanto a su ideología, Unamuno fue militante del PSOE y manifestaba ideas socialistas en su juventud. Sin embargo con el paso del tiempo va perdiendo la fe y abandona su militancia política.
Temas:
Unamuno cultivó todos los géneros - teatro, poesía, ensayos, prosa - todos ellos presididos por dos ejes temáticos recurrentes: España y el sentido de la vida humana. Se le ha considerado como uno de los primeros escritores existencialistas modernos.
El problema de España:
Reflexionó sobre el pasado de España, su literatura y su historia y sobre su presente, sus males y la necesidad de una renovación espiritual, de nuevos ideales de vida para vencer la pereza y atonía españolas. En su recorrido por toda España retrata sus pueblos y tierras, su paisaje y paisanaje y dedica una atención especial a Castilla. Amó a España y se sintió español ante todo. "Me duele España" - decía Unamuno -; "¡soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo".
La preocupación por España queda patente en muchas obras: En torno al casticismo (1895) donde plantea la idea de la intrahistoria. En Vida de don Quijote y Sancho (1905) expresa su interpretación de la novela cervantina como expresión del alma española. Y acabó por sustituir el anhelo de europeizar a España por la pretensión de españolizar a Europa. La preocupación por España también se refleja en otras obras: Por tierras de Portugal y España (1911), Andanzas y visiones españolas (1922), .
El sentido de la vida humana:
Unamuno está preocupado por el hombre de carne y hueso, con sus angustias y problemas, con el sentido trágico de su existencia. Plantea el pavoroso problema de la personalidad humana; si uno es lo que es y seguirá siendo lo que es; la tensión entre el ser o la nada. En definitiva, el problema de Dios y de la inmortalidad, el saber si moriremos del todo o no.
Estilo:
Unamuno tiene un estilo que refleja con gran perfección los rasgos de su personalidad. Es sobrio y al mismo tiempo vivo y expresivo, despegado de viejas retóricas. Propone un estilo desnudo, frente a los estilistas que lo visten de galas. Pone en circulación muchos términos populares. Él mismo escribió que "quería sacara a ras de lengua escrita voces de la lengua corrientemente hablada, desentonar y desentrañar palabras que chorrean vida según corres frescas y rozagantes de boca en oído y de oído en boca de los buenos lugareños de Castilla y León".
Juega con el idioma, inventa términos nuevos, desentierra el primitivo significado etimológico de las palabras. Además busca la densidad de ideas, la intensidad emotiva, la exactitud de sus descripciones, no la elegancia. Su lucha interna se aprecia en su gusto por paradojas, antítesis, exclamaciones.
Obra:
Practicó todos los géneros. Sus cualidades como poeta fueron infravaloradas durante mucho tiempo, aunque en la actualidad se le tiene por uno de los grandes líricos del siglo XX. Es una poesía que se caracteriza por su gran riqueza de pensamiento; los principales libros son: Poesías (1907), Rosario de sonetos líricos (1911), El Cristo de Velázquez(1920), Romancero del destierro (1928) y el Cancionero póstumo, Diario poético que fue publicado en 1953 y recoge poesías escritas entre 1928 y 1936.
También es autor de importantes novelas. Figura Unamuno entre los más decididos renovadores de la novela a principios de siglo que a él le servía como cauce adecuado para la expresión de los conflictos existenciales.
Su primera novela fue Paz en la guerra (1897) , una novela histórica sobre la última guerra carlista. Con Niebla (1914) inicia lo que él denominó nivolas: frente a la novela tradicional presenta nuestro autor el enfrentamiento de las almas, de las pasiones humanas, sin paisajes, ambientes ni costumbres. Niebla plantea el problema de la existencia y la personalidad. El protagonista, Augusto Pérez, se rebela contra el propio Unamuno, porque se da cuenta de que no es más que un ser de ficción, manejado al capricho del autor, y le recuerda que también él, Unamuno, como ser humano, depende del capricho de Dios. En 1917 publicaría Abel Sánchez y en 1921 La tía Tula . Su obra maestra llegaría en 1931, San Manuel bueno mártir . Esta es la dramática historia del párroco de una aldea perdida que, entregado ejemplarmente a su pueblo y manifestándose como un santo, oculta el tremendo desgarro interior de la duda en la otra vida.
Escribió también numerosos libros de ensayo: En torno al casticismo (1902), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), Por tierras de Portugal y España (1911), Andanzas y visiones españolas (1922), Del Sentimiento trágico de la vida (1922).
Las obras dramáticas más importantes: Fedra (1910), El otro (1926) y El hermano Juan (1934). Son el intento de un teatro de ideas que resulta excesivamente esquemático y falto de acción dramática.

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Pio Baroja


Pío Baroja (1872 - 1956)
Datos Biográficos | Personalidad
Ideología | Estilo | Obra

Datos biográficos

Pío Baroja nació en San Sebastián y vivió, durante casi toda su vida, en Madrid. Allí estudió Medicina y se doctoró con una tesis sobre El dolor. Su ejercicio como médico fue breve, en Cestona. Vuelve a Madrid donde entra en contacto con escritores como Azorín, Maeztu,. que le llevan a entregarse a la literatura, su gran vocación.
Publica sus primeros libros en 1900 tras una serie de colaboraciones en diarios y revistas. Sigue una etapa de intensa labor que conjuga con viajes por España y Europa. En 1911 publica El árbol de la ciencia. Hasta entonces había publicado ya, además de cuentos, artículos y ensayos, diecisiete novelas que constituyen lo más importante de su producción. Su fama se consolida y su vida se consagra a escribir volviéndose cada vez más sedentaria. En 1935 ingresa en la Real Academia. Durante la Guerra Civil pasa a Francia, pero en 1940 se instala de nuevo en Madrid. Muere en 1955.
Personalidad
Fue un solitario; él mismo (en Juventud, egolatría) se incluye entre quienes están, en cierto modo, "enfermos" por tener más sensibilidad de la necesaria. Más adelante insiste en esto desde otro ángulo: sabido es que su timidez y su espíritu de independencia, más aún que su misoginia, le hicieron rechazar el matrimonio, a la vez que fustigaba el recurso a la prostitución. Optó por una autorepresión a la que él mismo atribuye un "desequilibrio" y un talante de "hombre rabioso". Todo esto se plasma en un radical pesimismo sobre el hombre y el mundo: "la vida es esto, crueldad, ingratitud, inconsciencia, desdén de la fuerza por la debilidad", para él el hombre era egoísta, cruel y brutal. Y sin embargo, Baroja escondía otra cara más oculta, la de un hombre compasivo y tierno con los desvalidos y marginados, un sentimental necesitado de cariño, hipersensible ante el dolor y la injusticia que sentía una inmensa ternura por los seres desvalidos o marginados. Así se observa continuamente en su obra. Le caracteriza además una absoluta sinceridad: Baroja no quiere engañar ni engañarse (ya hemos visto cómo habla de sí mismo). Tal fue el código moral que aplicó hasta la exasperación, de ahí la fama de hosco y de individualista intratable que tuvo entre quienes no supieron ver el fondo desolado de su alma.
Ideología
La ideología de Baroja hay que considerarla de forma inseparable de su temperamento. Las ideas sobre el hombre y el mundo que se desprenden de sus obras se inscriben a la perfección en la línea del pesimismo existencial.
Es característico de Baroja su radical escepticismo religioso, social, económico. y llegaría a decir: "No existe verdad política y social. La misma verdad científica, matemática, está en entredicho, y si la Geometría puede tambalearse sobre las bases sólidas de Euclides, ¿qué no les podrá pasar a los dogmas éticos de la sociedad?". Son palabras reveladoras del desvalimiento espiritual propio de la crisis de principios de siglo.
Para Baroja el mundo carece de sentido, la vida le parece absurda y no alberga ninguna confianza en el hombre. Esta concepción hunde sus raíces en Schopenhauer, el filósofo más leído y admirado por Baroja, y se refleja en sus obras y personajes.
Su ideología política está marcada por el mismo escepticismo. Pese a sus contactos juveniles con el anarquismo, lo que realmente le atraía del mismo era la rebeldía, el impulso demoledor de la sociedad establecida. Rechazaba el comunismo, el socialismo y la democracia y pronto se encerró en un radical escepticismo y llegó a proclamarse partidario de una dictadura inteligente. En medio de estas ideas tan contradictorias, quizá la definición más apropiada sería la de "liberal radical". Volvemos a su individualismo y a su nula confianza en un mundo mejor. De su sedicente anarquismo sólo queda la postura iconoclasta. De ahí que sus personajes preferidos sean los inconformistas.
Estilo
Pío Baroja afirmaba que la novela era una especie de cajón de sastre en el que todo cabía; que no era necesario un planteamiento previo, sino que lo más importante era la naturalidad conseguida mediante la espontaneidad a la hora de escribir. Esta es la impresión superficial que producen muchas de sus novelas: episodios y acontecimientos puestos unos detrás de otros, anécdotas, divagaciones y digresiones, multitud de personajes ocasionales,. En realidad, no era tan espontáneo como él afirmaba; sí se preocupaba de la construcción narrativa y, en general sus novelas tienen una sutil línea estructural, de características muy sui generis.
La técnica narrativa de Baroja es sobre todo realista, basada en la observación de ambientes, situaciones y personajes de la vida real, pero vistos a través del particular subjetivismo del autor, lo que confiere a su obra un carácter impresionista.
En cuanto a los personajes, los protagonistas, sobria pero certeramente delineados, suelen ser seres marginales o enfrentados a la sociedad, a veces, cargados de frustración y otras lanzados a la acción. Como ya hemos dicho, las novelas de Baroja están pobladas por multitud de personajes secundarios, apenas caracterizados, que entran y salen sin previo aviso, pero que aportan con su presencia la misma impresión de variedad que se encuentra en la vida.
Se le ha criticado su estilo, a veces desaliñado o descuidado e incluso incorrecto. La verdad es que posee - con algún altibajo no significativo - una prosa clara, sencilla y espontánea, antirretórica, como era el ideal de todos los miembros de su generación, con abundancia de frases cortas y muy expresivas. Hay que destacar las descripciones líricas con las que Baroja, frecuentemente, remata largos pasajes narrativos y en las que condensa brevemente el ambiente y la impresión de lo narrado.
Obra
Pío Baroja fue el más importante novelista contemporáneo por sus extraordinarias dotes de narrador. Su influencia posterior ha sido enorme y los novelistas de la posguerra siempre le reconocieron como su maestro. Fue un escritor fecundísimo. Sus novelas son más de sesenta. Él mismo agrupó muchas de sus novelas en trilogías (34), pero estas clasificaciones, con alguna excepción, frecuentemente carecen de relación entre las obras que las integran. Hay que destacar las distintas trilogías:
- Tierra Vasca formada por La casa de Aizgorri(1900), el Mayorazgo de Labraz (1903)y Zalacaín el aventurero(1909) Esta última es un ejemplo de la novel de acción de Baroja. Narra, animada y ágilmente, la vida del vasco Martín Zalacaín: su infancia y aprendizaje para la vida, las trepidantes aventuras de contrabandista, su antagonismo con Carlos Ohando, el amor y la muerte trágica, todavía joven, y el halo de héroe popular creado en torno suyo.
- La lucha por la vida: La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora Roja (1905). La primera es para muchos la obra más intensa del autor: Cuenta la historia de un muchacho, Manuel, que, venido de un pueblo a Madrid, va pasando por diversos ambientes y oficios hasta terminar en los suburbios de la ciudad, entre mendigos, golfos y vagos, al borde de la delincuencia. Baroja, con intención social testimonial, pinta descarnada y sombríamente, las clases medias bajas y, particularmente, los estratos más miserables de la sociedad madrileña de finales y comienzos de siglo: cuadros de ambiente, tipos de toda calaña - pícaros, prostitutas, criminales, proletarios - , la mendicidad y la miseria; y en medio, Manuel, que por su falta de voluntad y por la total desorganización social, se va degradando cada vez más, aunque no definitivamente, en la difícil lucha por la vida.
- La raza: A ella pertenece El árbol de la ciencia, La dama errante y La ciudad de la niebla.
El árbol de la ciencia es una novela típicamente noventayochista, en cuanto que refleja la crisis existencialista vital del inadaptado protagonista, Andrés Hurtado, sus disquisiciones pesimistas, las dolorosas experiencias que le conducen al suicidio, le dan pie a Baroja para realizar una feroz crítica de la sociedad española de su tiempo. En esta novela hay abundantes aspectos de la vida del propio Baroja.
Además escribió cuentos, novelas cortas, libros de viajes, biografías, ensayos, ... Resultan también destacables sus Memorias, tituladas Desde la última vuelta del camino, siete volúmenes que constituyen un importante testimonio de la personalidad del autor y un excepcional panorama de toda una época.

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24 febrero 2015

Rosalía de Castro


Nació Rosalía de Castro en Santiago de Compostela el 24 de febrero de 1837. En su partida de nacimiento figura como «hija de padres incógnitos», puntualizándose, sin embargo, que «va sin número por no haber pasado a la Inclusa».
Durante mucho tiempo la irregularidad de su nacimiento originó cierto desconcierto en la crítica, quizá porque se juzgaba impertinente o poco respetuoso con tal excelsa figura de las letras gallegas indagar en lo que parecían «trapos sucios» de la familia. Afortunadamente esos tiempos han pasado y hoy existen estudios rigurosos que permiten conocer perfectamente los antecedentes familiares de Rosalía.
Su madre, doña María Teresa de la Cruz de Castro y Abadía, de familia hidalga venida a menos, nació el 24 de noviembre de 1804. Doña Teresa tenía treinta y dos años y tres meses cuando nació Rosalía. Su padre, don José Martínez Viojo, nacido el 7 de febrero de 1798 acababa de cumplir treinta y nueve, y era sacerdote; no pudo, por tanto, reconocer, ni legitimar a su hija, aunque sí parece que se interesó por ella y encargó de su cuidado a sus hermanas.


Fueron las tías paternas de Rosalía, doña Teresa y doña María Josefa, quienes se hicieron cargo de la chiquilla en los primeros tiempos, llevándola a vivir con ellas, primero en Ortoño en la casa familiar llamada «Casa do Castro», y después en Padrón.
Un detalle que queda sin aclarar es la personalidad de la madrina de Rosalía, la mujer que la llevó a bautizar y que, según la partida de nacimiento, se llamaba Francisca Martínez y era «natural de San Juan del Campo». Según los datos de Caamaño Bournacell, no era hermana del padre (pese a la similitud de su primer apellido, por otra parte muy corriente). ¿Podría ser alguien enviado por doña Teresa de Castro? No se sabe.
Parece, a la luz de los hechos conocidos, que la madre no se atrevió a afrontar sola el nacimiento de su hija en los primeros momentos, ya que en la partida de bautismo Rosalía parece como hija de «padres incógnitos». Es una actitud disculpable y explicable por la presión social e incluso por la vergüenza que debió de producir aquel nacimiento «sacrílego» en la familia materna.
Aunque no sabemos con exactitud en qué momento doña Teresa se hizo cargo de su hija, se van encontrando testimonios que indican que lo hizo cuando Rosalía era aun una niña. En un registro del Ayuntamiento de Padrón del 17 de septiembre de 1842, dado a conocer por Manuel Pérez Grueiro (véase Andrés Pociña y Aurora López, Rosalía de Castro. Estudios sobre su vida y su obra, p. 24), consta que reside en aquella localidad doña Teresa de Castro, con su hija Rosalía y una criada llamada María Martínez. En ese registro se dice que el estado civil de doña Teresa es el de soltera y que tiene treinta seis años (dato erróneo, ya que, partiendo de la fecha de nacimiento del Libro de Bautizados de Iria Flavia, había nacido el 24 de noviembre de 1804; estaba, pues, a punto de cumplir treinta y ocho años). Rosalía tiene en ese momento cinco años y siete meses. ¿Fue entonces cuando su madre se la llevó a vivir con ella? Mientras no aparezcan otros documentos, se puede considerar que probablemente esa es la fecha en la que madre e hija comenzaron a vivir juntas.


Un capítulo interesante desde el punto de vista psicológico lo constituyen las relaciones de Rosalía con su madre. No sabemos si doña Teresa vio con frecuencia a su hija mientras ésta vivió con la familia paterna; quizá sí. Y el hecho de vivir con ella desde los cinco años explica el profundo cariño que llegó a inspirar a su hija. Rosalía se casa en el año 1858, interrumpiéndose la convivencia entre las dos mujeres. Doña Teresa muere repentinamente cuatro años más tarde, en 1862. Rosalía escribe entonces un tomito de poesías, A mi madre, donde da muestras de un gran dolor y sobre todo de un sentimiento de soledad que ya no la abandonará nunca. Nada pudo llenar el hueco que había dejado la madre en su vida.
Rosalía debió de sentir por su madre, además de cariño, compasión y agradecimiento. Como tantas protagonistas de sus poemas, su madre era la pobre mujer enamorada y engañada por el varón. Pero era también la mujer que, finalmente, se enfrentó a la sociedad para reconocer el fruto de su desliz y reparar así su falta. En su primera novela La hija del mar, Rosalía brinda un homenaje al valor de su madre cuando, refiriéndose a una niña expósita dice: «Hija de un momento de perdición, su madre no tuvo siquiera para santificar su yerro aquel amor con que una madre desdichada hace respetar su desgracia ante todas las miradas, desde las más púdicas hasta las más hipócritas».


No sabemos hasta qué punto estos acontecimientos de los primeros años de su vida y su nacimiento irregular influyeron en el carácter y en la obra de Rosalía. La crítica ha tendido a destacar la importancia de aquellos hechos. Rof Carballo señaló la coincidencia de ciertos rasgos de su mundo poético con la ausencia de una «imago» paterna en la formación de su personalidad.
José Luis Varela interpreta el símbolo de la negra sombra poniéndolo en estrecha relación con la «oscuridad» de sus orígenes.
Xesús Alonso Montero destaca la presión social que sufrieron la niña y la madre y cómo ese ambiente condicionó la personalidad adulta de Rosalía.
En cuanto a mí, no me cabe duda de que algunos caracteres de su visión del mundo -por ejemplo, la vinculación de amor, remordimiento, pecado- están íntimamente relacionados con su historia familiar.
Aunque la sociedad gallega tenga frente a los hijos naturales una actitud más abierta y comprensiva que otras sociedades, el hecho de ser «hija de cura» debió de inclinar la balanza negativamente del lado de las reticencias. No parece extraño que en una niña sensible e inteligente la falta de padre y su condición de fruto de amores prohibidos influyeran en su carácter y en su concepción de la vida.


¿Qué clase de instrucción recibió Rosalía? Parece que fue escasa. No sabemos si cursó estudios, aunque los biógrafos se inclinan a pensar que no, excepto algo de Dibujo y Música en las aulas de la Sociedad Económica de Amigos del País. Un índice de su escasa escolaridad son las abundantes faltas de ortografía de los autógrafos que conservamos de ella.
Un capítulo importantísimo en su vida son sus relaciones con Manuel Murguía con quien contrae matrimonio el 10 de octubre de 1858. Las opiniones de la crítica sobre la vida en común de la pareja son tan contradictorias que pueden sumir al lector en la perplejidad.
Xesús Alonso Montero afirma «siempre he creído que la decisión de casarse con este hombre es un acto propio de quien, abrumado por las circunstancias, se ve en la necesidad de aceptar la menor oportunidad».
Por el contrario, leemos en Bouza Brey: «Daman do seu home, pois, entróu Rosalía na groria, xa que foi o primeiro ademirador das suas escelsas coalidás poéticas, con sacrificio escomasí das propias, como ben señala o escritor don Xoán Naya; e nunca xamáis lle pagará Galicia a don Manuel Murguía o desvelo que puxo en dar a conocer as vibracións de aquel esquisito esprito. O nome de Murguía ten de figurar ó frente de toda obra de Rosalía polo amoroso coido que puxo no seu brilo frente á recatada actitude da súa esposa, apartada sempre dos cenáculos onde se forxan, con razón ou sin ela, as sonas literarias».
Si en su vida íntima fueron felices o desgraciados, si hubo por parte de Murguía infidelidad, ya sólo lo sabrán ellos y algunos que no han querido decirlo. A nosotros nos toca únicamente exponer los hechos que conocemos y darles nuestra propia interpretación.
Un hecho que me parece altamente significativo y que ya comenté en otro lugar es la destrucción de las cartas de Rosalía que realizó su esposo, al final de su vida. El propio Murguía nos cuenta este episodio:
Como ya se acercan los días de la muerte, he empezado por leer y romper las cartas de aquella que tanto amé en este mundo. Fui leyéndolas y renovándose en mi corazón alegrías, tristezas, esperanzas, desengaños, pero tan llenas de uno que en realidad, al hacerlas pedazos, como cosas inútiles y que a nadie importan, sentí renovarse las alegrías y dolores de otros tiempos.
Verdaderamente la vejez es un misterio, una cosa sin nombre, cuando he podido leer aquellas cartas que me hablaban de mis días pasados, sin que ni mi corazón ni mis ojos sangraran. ¿Para qué?, para que me decían. Si hemos de vernos pronto, ya hablaremos en el más alla.
Si es cierto que, gracias a su esposo, Rosalía se lanzó a la vida literaria y eso le hemos de agradecer, también lo es que nos privó, con la destrucción de las cartas, de un elemento importante para conocer su carácter y su obra. ¿Cuántos misterios de su poesía, cuántas alusiones que nos desconciertan por ignorar su verdadero significado, no se hubieran aclarado conociendo sus cartas? Murguía era consciente de la importancia de ellas, aunque insista repetidamente en que sólo interesan a ellos dos:


Pero si las leí sin que mi alma se anonadase en su pena, no fue sin que el corazón que había escrito las líneas que acababa de leer, se me presentase tal como fue, tal cual nadie es capaz de presumir.
Es, pues, la imagen de Rosalía «tal como fue, tal cual nadie es capaz de presumir» lo que Murguía destruyó para la posteridad. Cabe preguntarse por qué. Quizá porque la imagen de su vida matrimonial no era tan perfecta o ejemplar como él hubiera, a posteriori, deseado.
En las escasas cartas o fragmentos conservados, encontramos reproches unidos a confesiones de cariño, exigencias o disculpas por esas exigencias, que pueden parecer excesivas. Veamos algún ejemplo:
Mi querido Manolo: No debía escribirte hoy, pues tú me dices lo haga yo todos los días, escaseas las tuyas cuanto puedes, pues casualmente los dos días peores que he tenido, hasta me aconteció la fatalidad de no recibir carta tuya. Ya me vas acostumbrando, y como todo depende de la costumbre, ya no hace tanto efecto; sin embargo, estos días en que me encuentro enferma, como estoy más susceptible, lo siento más. Te perdono, sin embargo, aunque sé que no tendrías otro motivo para no escribirme que el de algún paseíto con Indalecio, u otra cosa parecida.
Veamos otro fragmento:
Estando lejos de ti vuelvo a recobrar fácilmente la aspereza de mi carácter que tú templas admirablemente, y eso que, a veces, me haces rabiar, como sucede cuando te da por estar fuera de casa desde que amanece hasta que te vas a la cama, lo mismo que si en tu casa te mortificasen con cilicios.
La impresión que sacamos de los escasos restos conservados es que Rosalía encontró en Murguía uno de los pocos apoyos de que disfrutó en su vida, que le consideraba como «la persona a quien más se quiere en el mundo», que muchas veces no se sentía correspondida en la misma medida, y que, entonces, o rabiaba o hacía «reflexiones harto filosóficas respecto a la realidad de los maridos y la inestabilidad de los sentimientos humanos».



Un punto de la biografía de Rosalía en el que hubo bastante confusión se refiere al número de sus hijos e, incluso, a su sexo. Tras los trabajos de Caamaño Bournacell -ya citado- y de Bouza Brey, la cuestión ha quedado aclarada. Tuvo los hijos siguientes:
Alejandra, nacida en mayo de 1859 en Santiago de Compostela, casi a los siete meses exactos del matrimonio de sus padres. Murió en 1937.
Aura, nacida en diciembre de 1868 (obsérvese el largo intervalo sin descendencia). Murió en 1942.
Gala y Ovidio, gemelos, nacidos en julio de 1871. La primera murió en 1964; Ovidio, en 1900.
Amara, nacida en julio de 1873. Murió en 1921.
Adriano Honorato Alejandro, nacido en marzo de 1875, murió en noviembre de 1876 a consecuencia de una caída.
Valentina, nacida muerta en febrero de 1877.
Murió Rosalía el 15 de julio de 1885. Recordemos sus últimos momentos a través del relato de González Besada:
(...) recibió con fervor los Santos Sacramentos, recitando en voz baja sus predilectas oraciones. Encargó a sus hijos quemasen los trabajos literarios que, reunidos y ordenados por ella misma, dejaba sin publicar, dispuso se la enterrara en el cementerio de Adina, y pidiendo un ramo de pensamientos, la flor de su predilección, no bien se lo acercó a los labios sufrió un ahogo que fue el comienzo de su agonía. Delirante, y nublada la vista, dijo a su hija Alejandra: «Abre esa ventana, que quiero ver el mar», y cerrando sus ojos para siempre, expiró...
Desde Padrón, en donde murió Rosalía, no puede verse el mar. Impresionan esas últimas palabras de una persona para quien el mar fue una perenne tentación de suicidio. Recordemos sus versos:
Co seu xordo e costante mormorio
atráime o oleaxen dese mar bravío,
cal atrái das serenas o cantar.
«Neste meu leito misterioso e frio
-dime-, ven brandamente a descansar».
El namorado está de min... ¡o deño!
i eu namorada del.
Pois saldremos co empeño,
que si el me chama sin parar, eu teño
unhas ansias mortáis de apousar nel.
Rosalía penetraba, por fin, en ese mar-muerte donde tanto había anhelado reposar.

Marina Mayoral






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22 enero 2015

Mario Vargas LLosa


Jorge Mario Pedro Vargas Llosa. (Arequipa, Perú, 28 de marzo de 1936). Escritor, político y periodista peruano. Premio Nobel de Literatura 2010.
Pasa su infancia entre Bolivia y Perú y al terminar sus estudios primarios colabora en los diarios La Crónica y La Industria. En 1952 escribe una obra de teatro titulada La huida del Inca, que se estrena en un teatro de Lima.
Estudia Letras y Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y empieza a colaborar profesionalmente en periódicos y revistas, siendo editor de los Cuadernos de Composición y la revista Literatura.
En 1958 le conceden la beca de estudios "Javier Prado" en la Universidad Complutense de Madrid, donde obtiene el título de Doctor en Filosofía y Letras. Un año más tarde se traslada a París, y allí trabaja en diferentes medios hasta que logra entrar en la Agencia France Press y, más tarde, en la Radio Televisión Francesa, donde conoce a numerosos escritores hispanoamericanos.
En 1965 se integra en la revista cubana Casa de las Américas como miembro de su consejo de redacción y permanece en ella hasta 1971. En esos años actúa varias veces como jurado de los premios Casa de las Américas.
Posteriormente viaja a Nueva York, invitado al Congreso Mundial del PEN Club, e instala su residencia en Londres, donde trabaja como profesor de Literatura Hispanoamericana en el Queen Mary College.
Durante este periodo trabaja además como traductor para la UNESCO en Grecia, junto a Julio Cortázar; hasta 1974 su vida y la de su familia transcurre en Europa, residiendo en París, Londres y Barcelona.
En 1975 inicia una serie de trabajos cinematográficos, y en marzo de ese año es elegido Miembro de Número en la Real Academia Peruana de la Lengua. En 1976 es elegido presidente del PEN Club Internacional, cargo que ocupa hasta 1979.
En Perú presenta el programa televisivo La Torre de Babel y en 1983 preside la Comisión Investigadora del caso Uchuraccay, dedicado a resolver el asesinato de ocho periodistas. A finales de los ochenta entra en el mundo de la política en Perú y en 1990 regresa a Londres, donde retoma su actividad literaria.
En marzo de 1993 obtiene la nacionalidad española, sin renunciar a la peruana. Colabora en el diario El País y con la revista cultural Letras Libres.
En 1994 es nombrado miembro de la Real Academia Española y ese mismo año gana el Premio Miguel de Cervantes; posteriormente es reconocido doctor honoris causa en numerosas universidades. Su obra ha sido traducida a más de 30 idiomas.
Fuente; Instituto Cervantes.


Biografia Completa...........

28 diciembre 2014

Vicente Aleixandre



Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre y Merlo
Poeta español, nacido en Sevilla el 26 de abril de 1898 y fallecido en Madrid el 14 de diciembre de 1984, considerado uno de los grandes poetas españoles del siglo XX. Perteneciente a la Generación del 27, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1977.
Hijo de un ingeniero de ferrocarril, Vicente Aleixandre pertenecía a la burguesía media acomodada. Cuando tenía dos años de edad, su familia se trasladó a Málaga, ciudad a la que el poeta llama en su obra "el Paraíso", pues en ella transcurrió toda su infancia.
Vicente Aleixandre nació en Sevilla, en 1898. Su infancia transcurrió en Málaga, ciudad y litoral
mediterráneos que tanto habían de influir en la poesía de Sombra del paraíso. Desde 1909 vivió en Madrid su lugar habitual de residencia, en donde estudió Derecho y Comercio. En 1925, una grave dolencia -tuberculosis renal que traería como consecuencia, en 1932, la extirpación de un riñón- le aleja de
cualquier actividad profesional o social y le fuerza a llevar una vida de reposo y cuidados clínicos que favorecerá su dedicación por entero a la poesía, al convertir el placer de escribir en auténtica necesidad.


En 1933 obtuvo el Premio Nacional de Literatura con La destrucción o el amor, uno de los más hermosos libros de toda la poesía surrealista, que confirmó a Aleixandre como un maestro de la poesía
contemporánea. En 1949 es elegido miembro de la Real Academia Española. Con la obra Poemas de la consumación (1968) logró el Premio Nacional de la Crítica. En 1977 recibe el Premio Nobel de Literatura. Muere en Madrid, en 1984.En 1929 viajó a Málaga para visitar a los poetas del grupo Litoral: Altolaguirre y Prados, en esa época, y en los años posteriores, se produciría un cambio radical en su concepción poética, tras una larga temporada de reposo debido a su enfermedad. Gerardo Diego lo incluyó en su antología Poesía española (1915-1931). En 1935 conoció a Pablo Neruda y a Miguel Hernández, y colaboró en la revista de Neruda Caballo verde para la poesía. Cuando estalló la guerra en 1936 se quedó en Madrid, en 1937 publicó su semblanza sobre su amigo Federico García Lorca, recientemente asesinado. Al acabar la guerra la casa familiar había quedado destruida, pero en 1942, ya reconstruida, Vicente y su hermana Conchita se trasladaron de nuevo a ella, y permanecieron alli toda su vida.
En 1942 conoció a Carlos Bousoño, apareció en 1944 su quinto libro Sombra del paraíso. En 1949 fue elegido académico de la Real Academia Española, ocupó el sillón de la letra O.
Su obra viró hacia una poesía antropocéntrica que se acercaba las preocupaciones de la poesía social imperante, pero siempre fiel a su concepto de intimidad existencial, a esta etapa pertenecen Historia del corazón, de 1954 y En un vasto dominio, de 1962. En 1969 Poemas de la consumación es distinguido con el Premio de la Crítica. El 6 de octubre de 1977 la Academia Sueca le concedió el Premio Nobel de Literatura.
Murió el 13 de diciembre de 1984.
Para Aleixandre la poesía no consistía tanto en ofrecer belleza, cuanto en alcanzar propagación, comunicación profunda del alma de los hombres. El propio poeta nos dejó una bella definición de la figura del poeta como "una conciencia puesta en pie, hasta el fin", y la historia ha demostrado que lo consiguió ampliamente no solo por la enorme calidad de su producción poética sino por la insobornable ética que marcó su obra y su trayectoria vital.






Gracias por la Colaboración


26 diciembre 2014

Francisco de Paula Ayala



Francisco de Paula Ayala García-Duarte nace en Granada el 16 de marzo de 1906. Su familia paterna eran terratenientes andaluces con ideas bastante tradicionales. En cambio, la familia de su madre era bastante diferente, ya que su abuelo materno era médico, catedrático y rector de la Universidad de Granada. En 1911 comienza su etapa escolar en el Colegio de Niñas Nobles de Granada. Hacia 1912-1914 la familia se
traslada a vivir al Albaicín debido a problemas de salud de Francisco Ayala. Con 10 años, en 1916 hace el examen de ingreso en el Instituto e ingresa en un colegio de Escolapios, dónde estuvo poco tiempo ya que consiguió que lo expulsaran. Continuó el bachiller en un Instituto de Segunda Enseñanza de Granada y finalizó sus estudios en el Instituto de San Isidro de Madrid, ciudad dónde se traslada la familia a vivir en 1918. Ya en esta etapa comienza a escribir versos y estudia pintura.
En 1923 comienza simultáneamente las carreras de Filosofía y Letras y de Derecho en la Universidad de Madrid.En 1925, con tan solo 18 años publica su primera novela: Tragicomedia de un hombre sin espíritu (Madrid, Industrial Gráfica), obra que recibió críticas muy favorables.
El período 1926-1930 es son años de gran actividad. En1926 aparece su segunda novela, de corte
tradicional, como la anterior: Historia de un amanecer (Madrid, Castilla). También escribe numerosos artículos de crítica literaria, sociología y política, publicados la mayoría en La Gaceta Literaria y La
Revista de Occidente.Pero, así mismo, escribe relatos que siguen la línea de vanguardia: Hora Muerta, El Gallo de la Pasión, Medusa Arificial. Estos relatos se publican luego agrupados en el libro El boxeador y un ángel (Cuadernos Literarios, 1929), considerada como su primera novela vanguardista.
En 1929 se licencia en Derecho por la Universidad de Madrid.
En este momento escribe su segunda obra de vanguardia: Indagación del cinema (Madrid, Mundo Latino, 1929) y en 1930 publica Cazador en el alba (Madrid, Ulises).
Durante los año1930 y1931 vive en Alemania, dónde disfruta de una beca para ampliar sus estudios. En esta estancia conoce a una estudiante chilena, Etelvina, con quien se casará en de 1931. En ese mismo año regresan a Madrid, recibiendo el doctorado por la Universidad de Madrid.
Entre los años 1932 y 1936 prepara oposiciones a una plaza en el Congreso de los Diputados. Se trataba de un puesto administrativo muy importante y bien remunerado que finalmente consiguió y en el que se mantuvo hasta que estalló la guerra. También ganó las oposiciones a catedrático titular de la Universidad de Madrid, y estuvo enseñando en la universidad hasta la Guerra Civil. En 1932 publica El derecho social en la constitución de la República española (Madrid, M. Minuesa de los Ríos).
Dos años después, en 1934 nació su única hija Nina. En 1936: realiza una gira de conferencias por
Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile; y regresa a España tras el comienzo de la guerra civil.
De 1936 a1939 vivlos trágicos sucesos del lado de la República a la que sirve como funcionario del Ministerio de Estado, ocupando el puesto de secretario-consejero de la legación en Praga.
En 1939, poco antes de la entrada de las fuerzas de Franco en Barcelona, deja España. Tras un breve paréntesis en Francia, sigue viaje a América. Se instala en Buenos Aires, donde colabora en La Nación, la revista Sur y otras publicaciones. También mantiene su labor de traductor y ejerce como profesor de sociología en la Universidad del Litoral.
En 1939 publica el relato Diálogo de los muertos (Sur, 52, diciembre), primera obra de narrativa escrita en el exilio y única pieza de ficción hasta los libros de 1949.
Después, en1941, publica: El pensamiento vivo de Saavedra Fajardo (Buenos Aires, Losada) y El problema del liberalismo (México, FCE); en 1942 Oppenheimer (México, FCE); 1943, Historia de la libertad (Buenos Aires, Atlántida); en 1944 Los políticos (Buenos Aires, Depalma) yUna doble experiencia política: España e Italia (México, El Colegio de México), junto con Renato Treves; Razón del mundo (Buenos Aires,
Losada); Histrionismo y representación (Buenos Aires, Sudamericana).
En 1945 se traslada a Río de Janeiro para dictar un curso de Sociología en una escuela de funcionarios públicos. Escribe su Ensayo sobre la libertad (México, FCE) y Jovellanos (Buenos Aires, Centro
Asturiano).De 1946 a 1949 regresan a Buenos Aires y en 1947 funda la revista Realidad. Son años de gran actividad creativa en el campo del ensayo y la novela. Aparecen sus primeros libros de ficción posteriores a los escritos de vanguardia: Los Usurpadores (Buenos Aires, Sudamericana) y La cabeza del cordero (Buenos Aires, Losada).En 1950 organiza una gira de conferencias y el rector de la Universidad de Río Piedras (Puerto Rico) le propone quedarse para organizar el curso básico de Sociología. Dirige la editorial Universitaria y funda la revista La Torre. También publica La invención del Quijote (Puerto Rico, Universitaria).
Fundación. Francisco Ayala. ver Mas

La muerte de Francisco Ayala deja húerfana la gran literatura española del siglo XX
La muerte de Francisco Ayala, a los 103 años

Séneca ( Lucio Anneo)



Lucio Anneo Séneca, político, filósofo, poeta, es el más antiguo de los autores hispanos de nombre conocido del que se conserva una extensa obra que abarca más de dos mil páginas. Parece seguro
que se conocen también los rasgos físicos de su rostro en algún momento de su vida, reflejados en un busto bicípite dels iglo II d. C. del Pergamon Museumde Berlín.
Nacido en Córdoba hace unos dos mil años, llegó a ser reconocido como el más brillante orador y poeta romano de su tiempo, un escritor de éxito, un destacado político y el más importante de los filósofos
de expresión latina hasta San Agustín. Durante más de un lustro, como amicus principis y miembro del consilium, el antiguo preceptor de Nerón gobernó de hecho el Imperio. Algunos historiadores modernos
llaman a esos años los del «ministerio Séneca». Tuvo admiradores y amigos, y también enemigos que acabaron con su vida. Casi veinte siglos después de su muerte, en los países decultura occidentalse publica casi todos los años algún libro y varios estudios más sobre su persona o sus escritos.
Por lo que se conoce de Séneca (que no es todo lo que hizo ni todo lo que publicó), el sabio estoico que élera obró bien y discurrió con acierto en muchas oportunidades. En otras no, sino más bien al
contrario. Pero fue un varón esforzado (strenuus), un hombre de principios (honestus) y un espíritu abierto a sus semejantes (humanus), para el que todos los hombres tienen derechos y valores, o, como se
dice ahora, poseen una dignidad que ha de ser respetada. En una de sus Cartas a Lucilio dejó escrita una de sus más significativas sentencias o frases célebres: «homo, sacra res homini». Entre los antiguos
cristianos se pensó que Séneca también de alguna manera había sido uno de ellos o había andado cerca.
Nerón frente a Séneca.
Lucio Anneo Séneca se retiró de la actividad política y del ejercicio del poder en el 62 d. C. Pero hasta sumuerte, tres años más tarde, continuó siendo un personaje importante con el que en Roma todo el mundo —gobierno y oposición—, para bien o para mal, tenía que contar.
Desde Palacio (Nerón, su esposa o concubina Popea, Tigelino, comandante de los pretorianos y valido del príncipe) sele odiaba. Sin embargo, duranteese último trienio desu vida, no seatrevieron con él,
contentándo se con tenerlo sometido a una estrecha y mal disimulada vigilancia. Por fin, en la primavera del 65, al descubrirse la conspiración tramada en torno a Pisón para derribar a Nerón y eliminarlo, Séneca fue acusado de participar ella para el trono.
En el tramo final del reinado de Nerón se puede decir que había dos «partidos» de oposición, el de los políticos estoicos (Barea Sorano, Trasea Peto) y el de la antigua aristocracia senatorial, que tomaría
como cabeza a Pisón, titular de la conjura que acabó en la hecatombe de notables del 65 y del 66. En ambos sectores se respetaba a Séneca y algunos de sus más distinguidos representantes lo cortejaban.
Pero él no se implicó en ninguna de las dos facciones. Los primeros eran demasiado republicanos para el pensador monárquico que había escrito el tratado Declementia, y los segundos demasiado aventureros
para un político de la experiencia del filósofo.
No obstante, en las primeras investigaciones oficiales sobre la conjura antineroniana, un delator profesional y mentiroso que estaba complicado en ella (un «pentito» se diría hoy) sacó a relucir el nombre de Séneca como uno de los conspiradores, con gran complacencia de Nerón, que esperaba una oportunidad para acabar con quien, por prudente y cautamente que actuara, en cualquier momento podía cantarle una verdad.
Condenado a muerte por el emperador, Séneca se quitó la vida con la ayuda de sus criados y de su médico un día de abril del 65 entre el 19 y el 30, mientras pronunciaba una especie de disertación
que sus secretarios recogieron por escrito, que se podía leer medio siglo después y de la que no queda más rastro que las líneas que dedica a ella el historiador Tácito. (Elsuicidio era el modo de ejecución de la sentencia capital que ofrecía a los personajes distinguidos la «clemencia» del príncipe en aquellos años del Imperio.
El historiador Cornelio Tácito narra magistralmente todo el episodio.
Tras las primeras delaciones sobre la conjura, el príncipe en persona y su mafia palatina recurrieron a un enredado juego deconfesiones, torturas,chantajes y denuncias semejante al de Stalin en los procesos
de Moscú de los años treinta del pasado siglo. De las víctimas de la purga neroniana, unos murieron valientemente y con honor, proclamando su inocencia respecto de la conspiración, pero condenando los
crímenes neronianos, como Séneca y después Trasea. Otros, incluso en la familia del filósofo, fueron cobardes, como el sobrino Lucano, que empañaría su limpia y merecida gloria literaria acusando a su propia madre.


Las circunstancias que rodearon la muerte de Séneca parecen una traducción al latín, y a la cultura romana de siglo I d. C., de la de Sócrates. Es como el desenlace de una tragedia senecana, mas con un modelo histórico y no mitológico. La inspiración no vino de Sófocles o de Eurípides, sino de la narración platónica de la muerte del filósofo ateniense. Hubo incluso una poción de cicuta, que Séneca tenía
preparada temiendo que en algúnmomento le pudiera hacer falta. A ella se acudió en el último instante para poner término a su vida. Se diría que todo estuvo previsto por ese sabio régisseur de la escena final de su existencia que fue el filósofo y político estoico, doblado de dramaturgo y a la vez deactor que se representaba a sí mismo sacudiendo las aguas del baño en una extremalibación aIuppiter Liberator. En una palabra, una tragedia praetexta «in vivo» en la que el protagonista muere de verdad en la escena.


Mas sobre su Bografia..............................


Antonio Gala Velasco




Antonio Gala Velasco nació el 2 en octubre de 1936 en Brazatortas (Ciudad Real). Aunque manchego por nacimiento, Gala afirma haberse considerado siempre cordobés por haber transcurrido allí los primeros años de su vida.
Es licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, y en Ciencias Políticas y Económicas por la de Madrid. Cursó también Filosofía y Letras.
Tras algunos años de dificultades económicas, en los que tuvo que trabajar como peón de albañil, repartidor de una panadería y dar clases, residió algún tiempo en Florencia. Fue profesor de Filosofía y de Historia del Arte en diversos colegios de Madrid.
Su colaboración diaria con el periódico EL MUNDO comienza el 12 de enero de 1992, bajo el título de "La Tronera". En 1996 "Temas de Hoy" publicó una selección de estos artículos.
Su primer libro publicado fue "Enemigo íntimo" (1959). A éste siguieron "La deshora" (1962), "Solsticio de invierno" (con el que obtuvo en 1963 el premio Las Albinas) y "Meditación en Queronea" (1965).
El mundo literario lo atrapó desde muy pequeño y, a los cinco años, ya había debutado en la escritura a través de un relato corto al que se sumó, dos años después, una obra teatral. Estudió desde la temprana edad de 15 años la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla y, como alumno libre, las de Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Madrid, obteniendo licenciaturas en todas ellas. Por ese entonces, el joven universitario publicó sus poemas en diversos medios como “Escorial”, “Platero” y “Cántico” y fundó dos revistas.



Al acabar sus estudios universitarios, inició la preparación de oposiciones al Cuerpo de Abogados del Estado, abandonándolo en un gesto que él recuerda como de rebeldía ante las presiones de su padre, para ingresar después en los Cartujos. Pero la rígida disciplina monástica no estaba hecha para él, y, como cuenta en su autobiografía, Ahora hablaré de mí (2000), fue expulsado de la orden.
Se traslada a Portugal y comenzó a vivir de forma bohemia. Allí se dedicó a enseñar filosofía e historia del arte y recibió, por su obra “Enemigo íntimo”, un accésit del Premio Adonáis de Poesía que marcó el inicio de lo que, con los años, se transformaría en una exitosa y premiada carrera ligada al teatro y al periodismo.
En 1962, el escritor abandona Portugal y se instala por un año en Florencia, Italia, época en la cual publicó poemas de “La deshora” en los “Cuadernos hispanoamericanos”. Con el paso del tiempo, este autor que comenzó a mostrarse con sus clásicos bastones tras superar una grave enfermedad que casi resulta mortal, logró convertirse en una figura popular dentro de la literatura española.
En este sentido, cabe destacar que gran parte de los artículos que Gala publicó en el suplemento dominical de “El País”, fueron recopilados en libros debido a la trascendencia que habian adquirido.
Convertido ya en un personaje altamente popular de la literatura española, comenzó a escribir novelas en los años noventa, iniciándose con El manuscrito carmesí, que fue presentada, y ganó, el muy comercial Premio Planeta
“Más allá del jardín”, “La regla de tres”, “Las afueras de Dios”, “El dueño de la herida” y “El pedestal de las estatuas” son algunas de las numerosas obras escritas por Antonio Gala, un premiado y reconocido español que, más allá de crear textos literarios, presidió la Asociación de Amistad Hispano-Árabe y creó la Fundación Antonio Gala para Creadores Jóvenes que lleva su nombre y se dedica a promover y contribuir con la labor de jóvenes artistas, entre otras actividades. Granada de los Nazaríes o Andaluz, ambos de 1994 y la publicación de recopilaciones como Córdoba de Gala (1993) son fruto de su interés por la cultura andalusí, de la que se siente partícipe.
Dramaturgo, novelista, poeta y ensayista.
Antonio Gala ganó, con su primera novela, El manuscrito carmesí, el Premio Planeta. A ésta le han seguido La pasión turca, Más allá del jardín, ambas con conocidas adaptaciones cinematográficas, La regla de tres, Las afueras de Dios, El imposible olvido y los libros de relatos: Los invitados al jardín y El dueño de la herida. Recientemente ha publicado El pedestal de las estatuas, una Historia novelesca.
Su obra poética, iniciada con Enemigo íntimo, reconocido con el Premio Adonais de Poesía, continúa con Testamento andaluz, Poemas de amor y El poema de Tobías desangelado.
Con su comedia Los verdes campos del Edén inició una larga y fructífera carrera como dramaturgo, con obras como Anillos para una dama y Petra regalada; el libreto de la ópera Cristóbal Colón y el musical Carmen Carmen.
Su firma como articulista es de las más prestigiosas de España. Bajo el título Cosas nuestras se han recopilado los libros de artículos Charlas con Troylo, En propia mano, Cuaderno de la dama de otoño y Dedicado a Tobías.
Antonio Gala ha sido reconocido entre otros con el Premio Nacional de Literatura, Premio Nacional Calderón de la Barca, Premio Ciudad de Barcelona, Premio Foro Teatral, Premio del Espectador y de la Crítica y Premio Quijote de Oro.
En 2002 inició sus actividades la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores
Fuente: escritores andaluces y Web Antonio Gala.






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05 noviembre 2014

Alejandro Casona



Alejandro Casona.
Poeta español nacido en Cangas del Narcea, Asturias, el 23 de marzo de 1903, y fallecido el 17 de septiembre de 1965 en Madrid. Su verdadero nombre fue Alejandro Rodríguez Álvarez. Nació en Besullo, una pequeña aldea del concejo de Cangas del Narcea, trasladándose después a Villaviciosa y Gijón.
Desde pequeño gustaba de la escritura y la poesía, en la escuela lo conocían como el “poeta”, puesto que muchas veces fue descubierto escribiendo poesía mientras estaba en clase, sin lugar a dudas recibía castigos pero eso no lo detuvo a seguir escribiendo, a tal punto de escribir una poesía dedica a quien lo reprendiera la mayoría de las veces.
Se dice que su primera obra fue para una chica de la cual estuvo enamorado por mucho tiempo y por lo que sus familias tenían problemas, no pudo confesarle su amor (pero esto es solo un rumor).
Fue maestro de profesión donde siempre mantuvo la idea de la Institución libre de enseñanza, donde gracias a esto defendía a las personas más necesitabas y las cobijaba con sus lecciones, para que las personas se defendieran de quienes trataban de abusar de ellas.
Sin olvidar su gusto por el teatro donde también se le conoce como el creador del teatro poético, siguió escribiendo obras, pues era su pasión, estas obras no eran solo románticas, ni tampoco exclusivamente para adultos, también hizo obras teatrales para niños y jóvenes, pues se dijo tener un “alma de niño en su interior”.



Después de la guerra civil española fue exiliado del país donde llegaría a México por un tiempo para escribir “Prohibido suicidarse en primavera” en el año de 1937, estuvo radicando en tierra azteca por un año, para después llegar a Venezuela donde escribiría otra de sus obras “Romance en tres noches” en 1938, dos años después estuvo radicando en Uruguay donde también escribió “Sinfonía inacabada”, pero no duraría tanto tiempo ahí puesto que seis meses después llegara a la Argentina donde radicaría mucho tiempo allí. Estudió Filosofía y Letras en Oviedo y Murcia, y posteriormente Magisterio en Madrid, siendo destinado como inspector a la localidad aranesa de Les (Lleida). Empieza a vincularse al teatro, formando un grupo teatral escolar, escribiendo adaptaciones y traduciendo piezas teatrales. En 1931 se traslada a Madrid, en donde se hace cargo del Teatro del Pueblo; dos años más tarde. Su obra La sirena varada (1934) tiene gran éxito de crítica y público y le hace merecedor del premio Lope de Vega. Ese mismo año gana el Nacional de Literatura con Flor de leyendas. Exiliado en Argentina tras la Guerra Civil, sus obras fueron representadas con éxito tanto en el país sudamericano como en escenarios de otras partes del mundo. Tras volver a España en 1963, se empiezan a representar sus obras en su país natal, aunque parte de la crítica, en un tiempo en que triunfaba el realismo social, le acusa de que son “de evasión” y no comprometidas. No obstante, gozó de la simpatía del público español, que acogió con entusiasmo sus creaciones.





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04 noviembre 2014

Ramón de Campoamor



Ramón de Campoamor y Campoosorio nació en Navia, municipio del Principado de Asturias, el 24 septiembre de 1817.
Hijo de un modesto campesino y una madre rica hacendada de aquel concejo de Navia. Ramón crecio protegido por los esmerados cuidados de una rica y soltera hermana de su madre, fue la que se encargó de dar al niño los estudios primarios, que cursó en un pazo que ésta poseía en Piñera, una de
las pequeñas villas que conforman el concejo de Navia. A los 9 años comienza sus estudios secundarios en Puerto de Vega, donde pasa su adolescencia.
Fue educado conforme a los gustos y costumbres de entonces, basadas en una educación elemental y una base muy fuerte en religión acompañadas de clases de latin y mucha cultura general.
El clero ejercía una enorme influencia en la educación, tanto privada y privilegiada de las clases acomodadas, como en la más precaria, la pública. De esta forma educaron a Campoamor, conservo siempre un mal recuerdo de el sistema que se empleo para educarlo. intento siempre alejarlo de su mente; tanto le caló y traumatizó aquel tipo de enseñanza sufrido en su infancia. Relata de mayor, refiriéndose a los castigos y los miedos que le infundieron durante su infancia, que "el infierno del Dante era un mal aprendiz en comparación con los retorcidos inventos de castigos infernales que me metían los clérigos enseñantes en mi tierna y sensible cabecita infantil. Todo el curso de mis primeros años ha sido un sueño tenebroso, del cual creo que todavía no he acabado de despertar".Cursó estudios de filosofía en Santiago de Compostela; de lógica y matemáticas, en Madrid.



A los 18 años se traslada a Torrejón de Ardoz (Madrid) en su pretensión de ingresar en el seno de la Compañía de Jesús. Poco tiempo después, probada ya su incapacidad y falta de vocación para adoptar los hábitos religiosos, e inducido por su familia, se matricula en la universidad madrileña en la facultad de medicina. Poco duró también esta su segunda experiencia vocacional, ya que el asco y la nausea que le produce el espectáculo de los cadáveres sobre la mesa de disección, le convencen nuevamente de lo equivocado de su decisión. Allí en la facultad de medicina, en el primer curso, conoce a un catedrático muy observador que le aconseja con vehemencia dedicarse a la literatura, pues cree descubrir en el joven una natural aptitud hacia las letras, mucho más que para las ciencias.
A los 20 años publica su primera obra impresa, se trata de una comedia en dos actos titulada "Una mujer generosa" la cual no se tiene referencia alguna que se llegara a estrenar en teatro. Sus primeros versos de tono romántico los publica también en ese mismo año, 1838. Aparecen impresos en un libro
bajo el título de "Ternezas y flores". Dos años después publica otro libro de poesías: "Ayes del alma". En 1846 se publica la primera edición de "Doloras" obra que le proporcionó una gran popularidad de joven y prometedor poeta. También ven la luz, por aquel tiempo, los libros titulados "Pequeños poemas" y "Humoradas". A partir de entonces, alterna su inclinación vocacional por la poesía, con sus ideas políticas que consistían en un gran fervor hacia la reina Isabel II en particular, y en general, hacia la forma monárquica de organización del estado español. Se afilia al partido moderado.
Con 30 años recien cumplidos, es nombrado gobernador civil de la provincia de Castellón. Durante el ejercicio de este cargo, se propuso hacer obligatoria la educación primaria dentro del territorio de aquella provincia. Apenas tiene tiempo de intentar su propósito cuando se ve trasladado al gobierno de la levantina provincia hermana de Alicante. Allí se casa con Guillermina o'Gorman, una joven dama de acomodada familia irlandesa afincada en Alicante; una devota católica, de cuya unión no hubo descendencia.
Luego, en el periodo comprendido entre los años 1851 y 1854 ejerce el mismo cargo de gobernador en la provincia de Valencia.
Desde el año 1850 había sido elegido para ocupar un escaño en el Congreso de Diputados e interviene activamente en la vida pública, ya desde el Congreso, ya en polémicas tertulias y campañas
periodísticas. A consecuencia de su encendida defensa del sistema monárquico, llegó a batirse en duelo con el marino español (nacido en México), Juan Bautista Topete Carballo, que años más tarde sobresalió en la célebre insurrección que arrojó del trono a Isabel II en 1868. Todo aquello fue el preludio del advenimiento de la 1ª República española, que llegaría cinco años más tarde.
En 1861 es designado como miembro de la Real Academia de la Lengua Española, ocupando el sillón E. También fue senador en los últimos años de su vida y llegó a ser muy conocido y admirado dentro de España y en toda Hispanoamérica. Por entonces sucedíanse a menudo las reediciones de todos sus libros de poesía. En aquellos tiempos, debido a la ocurrencia del gran poeta Rubén Darío, varios hombres
de letras españoles, intentaron convencerlo para que aceptara ser coronado de laurel en solemne acto, a lo que Campoamor se opuso con tozudez. Su negativa la argumentaba en que no quería ya, a aquella
avanzada edad, vivir emociones tan fuertes que aceleraran el momento de su muerte.
Fallecio en Madrid, un domingo de febrero (11-02-1901) fallece don Ramón de Campoamor, a la edad de 83 años.


El estilo poético de Campoamor, podría agruparse bajo la denominación de romanticismo realista matizado de un gran dramatismo con el que describe con maestría, las situaciones más cotidianas a veces, y otras
rezuma unos sublimes sentimientos de lírica espiritual. Abunda en su poesía la métrica del verso de arte menor, redondillas, cuartetas y quintillas principalmente; también el romance octosílabo. Dispone en general su poesía de una alta musicalidad muy armoniosa y pegadiza. Dentro del arte mayor, en donde está contenido una buena parte de su obra, también tiene Campoamor bellísimas composiciones, basadas en sonetos, cuartetos y serventesios; y poesías a base de una larga sucesión de tercetos encadenados. Algunas de sus composiciones en verso, bien pudieran servir para ser representadas a modo de cortas obras teatrales, dado los diálogos que contienen con dos o más personajes.
No se descubre en su obra amor alguno por su Asturias natal a pesar de la poesía que dedica "Al río Navia", río que desemboca al mar Cantábrico en su aldea natal, ya que ese voto o promesa juvenil que
en ella expresa, no parece que luego lo intentara nunca cumplir. Nos deja Campoamor una importantísima obra poética para que nos recreemos con ella, evocando y reviviendo con sus personajes, en
bellas ensoñaciones, las más típicas y cotidianas escenas del modo de vida que se daba en la España del siglo XIX. Ahora ya, gracias al más moderno sistema de difusión, nos cabe el honor de dar a conocer
aquí, una escogida selección de las mejores poesías de Campoamor, ya que con ello le rendimos un sencillo homenaje de recuerdo y admiración.

01 noviembre 2014

Miguel Delibes




Al palpar la cercania de la muerte vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales.
Hoy a las siete de la mañana se nos fué uno de los grandes de la literatura Española.

Miguel Delibes Setién. (Valladolid, 17 de octubre de 1920 - Valladolid, 12 de marzo de 2010). Novelista español. Doctor en Derecho y catedrático de Historia del Comercio; periodista y, durante años, director del diario El Norte de Castilla.
Su sostenida labor como novelista se inicia dentro de una concepción tradicional con La sombra del ciprés es alargada, que obtiene el Premio Nadal en 1948.
Publica posteriormente Aún es de día (1949), El camino (1950), Mi idolatrado hijo Sisí (1953), La hoja roja (1959) y Las ratas (1962), entre otras obras. En 1966 publica Cinco horas con Mario y en 1975 Las guerras de nuestros antepasados; ambas son adaptadas al teatro en 1979 y 1990, respectivamente. Los santos inocentes ve la luz en 1981 (y es posteriormente llevada al cine por Mario Camus); más adelante publica Señora de rojo sobre fondo gris (1991) y Coto de caza (1992), entre otras.
Su producción revela una clara fidelidad a su entorno, a Valladolid y al campo castellano, y entraña la observación directa de tipos y situaciones desde la óptica de un católico liberal. La visión crítica -que aumenta progresivamente a medida que avanza su carrera- alude sobre todo a los excesos y violencias de la vida urbana.


Entre los motivos de su obra destaca la perspectiva irónica frente a la pequeña burguesía, la denuncia de las injusticias sociales, la rememoración de la infancia (por ejemplo en El príncipe destronado, de 1973) y la representación de los hábitos y el habla propia del mundo rural, muchos de cuyos términos y expresiones recupera para la literatura.
Delibes es también autor de los cuentos de La mortaja (1970), de la novela corta El tesoro (1985) y de textos autobiográficos como Un año de mi vida (1972). En 1998 publica El hereje, una de sus obras más importantes de los últimos tiempos.
Considerado uno de los principales referentes de la literatura en lengua española, obtiene a lo largo de su carrera las más destacadas distinciones del ámbito literario: el Premio Nadal (1948), el Premio de la Crítica (1953), el Príncipe de Asturias (1982), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1991) y el Premio Miguel de Cervantes (1993), entre otros.
Fuente: cervantes.es

Miguel Delibes fallece a los 89 años
Premio Nacional de Literatura, el autor de ' Los santos inocentes', "patriarca de las letras españolas", muere rodeado de sus familares.
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Benito Pérez Galdós



Benito Pérez Galdós
Nació en el seno de una familia de la clase media en Las Palmas, hijo de un militar. Recibió una educación rígida y religiosa, que no le impidió entrar en contacto, ya desde muy joven, con el liberalismo, doctrina que guió los primeros pasos de su carrera política.
Cursó el bachillerato en su tierra natal y en 1867 se trasladó a Madrid para estudiar derecho, carrera que abandonó para dedicarse a la labor literaria. Su primera novela, La sombra, de factura romántica, apareció en 1870, seguida, ese mismo año, de La fontana de oro, que parece preludiar los Episodios Nacionales.
Poco después de la muerte de su padre, probablemente inspirado en sus relatos de guerra, su padre había participado en la guerra contra Napoleón. El éxito inmediato de la primera serie, que se inicia con la batalla de Trafalgar, lo empujó a continuar con la segunda, que acabó en 1879 con Un faccioso más y algunos frailes menos. En total, veinte novelas enlazadas por las aventuras folletinescas de su protagonista.
Novelista y dramaturgo, máximo representante - junto con Leopoldo Alas Clarín, "Clarín", de la corriente realista que dominó la narrativa española de la segunda mitad del siglo XIX, Pérez Galdós está unánimemente reconocido como uno de los mayores novelistas de la literatura en lengua castellana.



Dos años más tarde, mientras trabajaba como articulista para La Nación, Benito Pérez Galdós emprendió la redacción de los Episodios Nacionales, poco después de la muerte de su padre, probablemente inspirado en sus relatos de guerra –su padre había participado en la guerra contra Napoleón–. El éxito inmediato de la primera serie, que se inicia con la batalla de Trafalgar, lo empujó a continuar con la segunda, que acabó en 1879 con Un faccioso más y algunos frailes menos. En total, veinte novelas enlazadas por las aventuras folletinescas de su protagonista.

Fue de 1886 a 1890 diputado por el partido de Sagasta, a pesar de la oposición ultracatólica que le reprochaba haber escrito Doña Perfecta (1876), un panfleto anticlerical. Después de haber sido rechazada su candidatura unos años antes, ingresa en la Real Academia Española en 1897. Aunque fue autor de más de 20 obras dramáticas, apenas alcanzó el éxito. El estreno de su obra de teatro Electra (1901) fue un acontecimiento nacional. En 1907 regresó como republicano al Congreso, y dos años después junto a Pablo Iglesias, fue jefe titular de la "conjunción republicano-socialista". No le concedieron el Premio Nobel acaso por su izquierdismo. Falleció el 4 de enero de 1920, ciego y pobre en Madrid.

Gustavo Adolfo Bequer



Guatavo Adolfo Becker:(Domínguez Bastida)
Nació en Sevilla un 17 de febrero de 1836. Descendiente de nobles holandeses afincados en esa ciudad en el siglo XVI, fruto del matrimonio entre José María Domínguez Bécquer y Joaquina Mª Bastida.
Hijo y hermano de pintores, sus primeros pasos fueron dedicados a la pintura con poco exito.
vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura. una véz establecido en Madrid en 1854, abandono la pintura y se dedico plenamente a la lieratura. Comenzo con poco exito publicando en diarios de poco prestigio, mas tarde logro publicar con mejores condiciones.
La obra de Bécquer ejerció un fuerte influjo en figuras posteriores como Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la generación del 27, y la crítica lo juzga el iniciador de la poesía española contemporánea.
Gustavo Adolfo Bécquer fué el poeta sevillano que desnudó la palabra y los sentimientos. Casado con la soriana Casta Esteban, se sintió profundamente atraído por las tierras de Soria, por su silencio y su pureza. En Soria situó algunas de sus Leyendas más populares: El rayo de luna, El monte de las ánimas, La corza blanca o Los ojos verdes.



Fue un poeta y narrador, perteneciente al movimiento del Romanticismo. Por ser un romántico tardío, ha sido asociado igualmente con el movimiento pos romántico. Aunque en vida ya alcanzó cierta fama, solo después de su muerte y tras la publicación del conjunto de sus escritos alcanzó el prestigio que hoy se le reconoce.
Gustavo Adolfo Bécquer falleció el 22 de diciembre de 1870 a causa de tuberculosis agravada por una profunda depresión.

31 octubre 2014

Garcilaso de la Vega



Aunque no se conoce ningún documento que date con precisión el nacimiento de Garcilaso de la Vega, la mayoría de la crítica coincide en señalar el año de 1501 como fecha más probable del acontecimiento.
A lo largo del año 2001 se celebraron, pues, los quinientos años del nacimiento del «príncipe de los poetas españoles», tal y como lo distinguió su comentarista Fernando de Herrera.

Fue el tercer hijo de Garcilaso de la Vega fallecido el 8 de septiembre de 1512, señor de Arcos y comendador mayor de León en la Orden de Santiago, y de Sancha de Guzmán, señora de Batres y de Cuerva. Sus abuelos paternos fueron Pedro Suárez de Figueroa, hijo de Gómez Suárez de Figueroa y Elvira Lasso de Mendoza, hermana del primer marqués de Santillana, y Blanca de Sotomayor, hija de Fernando de Sotomayor y Mencía Vázquez de Goes, a través de quien hereda el señorío de Arcos. Su madre, Sancha de Guzmán, fue hija de Pedro de Guzmán, señor de Batres, hijo del cronista Fernán Pérez de Guzmán y de María de Rivera. Quedó huérfano de padre y se educó esmeradamente en la Corte, donde conoció en 1519 a su gran amigo, el caballero Juan Boscán. Seguramente a este debió el toledano su gran aprecio por la lírica del valenciano Ausiàs March, que dejó alguna huella en su obra.
Garcilaso entró a servir en 1520 al rey Carlos I de España en calidad de contino real. Aprendió griego, latín, italiano, francés, música y esgrima. Formaba parte del séquito del II duque de Alba cuando Carlos I desembarcó en Santander en 1522. Al año siguiente fue objeto nuevamente del favor real al ser designado miembro de la orden de Santiago y gentil hombre de la Casa de Borgoña,organización al servicio de la corona que, junto a la Casa de Castilla, agrupaba a quienes trabajaban más cerca del monarca. No olvidó Garcilaso potenciar sus relaciones con la Casa de Alba y en 1523 participó, junto a Fernando Álvarez de Toledo, el futuro Gran Duque de Alba, en la campaña de Fuenterrabía. Este fue el origen de una amistad que se vio probada más adelante con la intervención de Fernando a favor de Garcilaso ante el propio emperador en varias ocasiones.



En los años siguientes, Garcilaso luchó en la Guerra de las Comunidades de Castilla y fue herido en la acción de Olías del Rey; también participó en el cerco a su ciudad natal en 1522. A finales de ese mismo año se embarcó, en compañía de Juan Boscán y Pedro de Toledo, futuro virrey de Nápoles, en una expedición de socorro que quiso y no pudo evitar la caída de Rodas en poder de los turcos; de nuevo resultó herido, esta vez de gravedad.
Estando un día en Granada con el Navagero, tratando con él en cosas de ingenio y de letras, me dijo por qué no probaba en lengua castellana sonetos y otras artes de trovas usadas por los buenos autores de Italia: y no solamente me lo dijo así livianamente, mas aún me rogó que lo hiciere... Así comencé a tentar este género de verso, en el cual hallé alguna dificultad por ser muy artificioso y tener muchas particularidades diferentes del nuestro. Pero fui poco a poco metiéndome con calor en ello. Mas esto no bastara a hacerme pasar muy adelante, si Garcilaso, con su juicio —el cual, no solamente en mi opinión, mas en la de todo el mundo ha sido tenido por cosa cierta— no me confirmara en esta mi demanda. Y así, alabándome muchas veces este propósito y acabándome de aprobar con su ejemplo, porque quiso él también llevar este camino, al cabo me hizo ocupar mis ratos en esto más fundadamente.

Su escasa obra conservada, escrita entre 1526 y 1535, fue publicada póstumamente junto con la de Boscán, en Barcelona, bajo el título de Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega (1543), libro que inauguró el Renacimiento literario en las letras hispánicas. Sin embargo, es probable que antes hubiera escrito poesía de corte tradicional, y que fuese ya un poeta conocido.
Garcilaso de la Vega fue desterrado dos veces, siendo Nápoles su última residencia conocida. El suelo francés vio sus últimos días, ya que las heridas que sufrió en un enfrentamiento en Provenza, lo llevaron a morir a la ciudad de Niza, probablemente sin siquiera haber cumplido cuarenta años.


Garcilaso de la Vega fue hombre de confianza del Duque de Alba y de Carlos V


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